Sharon Thailyn Garnier Deffitt - 5º mención especial
Profesora de Castellano del
Instituto Pedagógico de Caracas (IPC) con un gusto apasionado por la
escritura y lectura. Inspirada por su esposo, quien es escritor y
poeta, decide participar en su primer concurso. Actualmente se siente
atraída por la literatura infantil pero siempre suele frecuentar libros
de Gabriel García Márquez, Mario Benedetti y Liliana Godoy.
¡Carajo, duele!
Recibo esta carta, la leo y no entiendo por
qué tuvo que llegar justo ahora. Hace años que la esperaba, meses
pidiéndote que la escribieras, días dejando morir la esperanza de
recibirla.
¿Y es justo ahora? Qué vaina con hacer las
cosas a última hora. ¿No era más sencillo dejar que se acabara y ya?
¿Tienes que escribir ahora, tienes que dar esta patada de ahogado
y ponerme a mí a pensar, a creer, a imaginar?
Me parecía tan doloroso al principio esperar
y no recibir nada: el día de mi cumpleaños, el del aniversario, el de
los enamorados, el de Navidad. NADA. No escribiste nada.
Insistí entonces en explicarte la importancia de tus letras para
mantener vivo eso que nos unía.
NADA. Llegó la imbécil esa y me enteré
precisamente porque le escribiste y yo leí tus letras apasionadas pero
no por mí, sino por ella.
Después de ahí no quería leer nada tuyo. No quería volver a ver tus letras, tus puntuaciones ni tus espacios en blanco.
Entendí entonces que esto se lo había
llevado quien lo trajo. Ya no me importaba NADA. Y cuando comenzó a
salirle la costra a esta desgraciada herida, se te ocurre escribirme.
¿Qué esperas?
¿Acaso que dé un borrón y cuenta nueva? ¿Que
imagine que es una de esas cartas que escribías hace doce años cuando
nos conocimos, cuando me enamorabas, cuando desde una página me
susurrabas al oído? Difícil.
Esto se gastó. Quizá valga la pena
rescatarlo por los chamos pero no sé si ellos deban ser responsables de
poner esta relación en coma, a sufrir una agonía que quizá hasta
termine golpeándolos.
Que va. No me animo. Dale, continúa
escribiendo pero para alguien que crea aún en tus letras. Tal vez
encuentres a quién sí le interese, si no envía tus cartas a esos
concursos que premian por ello. Para mí será suficiente releer las
líneas aquellas de la ilusión, del noviazgo, de los besos a distancia
(esos que no nos damos ahora en nuestra cama).
Luna
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