Mensajes de amor - 1º lugar

María Elisa Flushing - 1º lugar

Definida a si misma como una “lectora voraz”, participa por primera vez en nuestro concurso. Ésta autoproclamada romántica y amante la la ópera posee “tres maravillosos hijos” y actualmente trabaja en el área de publicidad y mercadeo. Es fanática de los libros de Vladimir Nabokov y Virginia Wolf los cuales los define como “su musa y su muso”.

Querida Elena

Con mucha tristeza debo decirte, hermanita querida, que no apoyaré tu decisión de divorciarte de Manuel. Te escuché atentamente y las razones que argumentas son banales y frívolas. Tal vez si me hubieras dicho que Manuel tiene otra, se alcoholizó o se convirtió en un vago, yo no te escribiría estas líneas.
¿Qué Manuel no te hace feliz? ¡Ay, Elenita! Nadie ni nada tiene el poder de hacerte feliz. ¿Qué los sábados se va con los amigos a jugar dominó y te deja sola? ¡Maravilloso! Tienes espacio y tiempo para ti.
Te confieso que las razones por las que me divorcié de Eduardo no fueron muy distintas a las que tú ahora argumentas: no me hace feliz, sale con sus amigos, no me presta atención, no me comprende, no tenemos nada de que hablar, se apagó la pasión… Dolorosamente, veinte años después, asumo mi error.
Y sí, logré levantar a mis hijos, tener una empresa estable y desarrollar habilidades -la necesidad es una gran maestra- en plomería, mecánica y electricidad. Pero no hay nada que compense un amanecer “empiernadito”; un despertar en medio de una pesadilla y tener a tu lado unos brazos que te consuelen. Es duro llegar a casa y que nadie te pregunte “como te fue”; es duro acostarse y apurruñarse con almohadas e imaginar que a tu lado está el hombre de tus sueños; es duro levantarse en las mañanas y desayunar en compañía de la televisión.
No existe el príncipe encantando, romántico y con una sonrisa soldada en la cara presto a rendir pleitesía a la princesa amada. ¡No, no hay nada de eso! Existen seres humanos, con sus miserias y biografías a cuestas. ¡Aterriza, hermanita! Lamento decirte que no vives en un mundo perfecto.
No hay que ser vidente para percibir que Manuel te adora, te quiere y cuida. Es un buen padre, un hombre trabajador y honesto; un hombre sencillo que tal vez, como dices tú, es aburrido; pero es noble y decente, y eso, querida hermana, no abunda Recuerda cuando te casaste, recuerda lo enamorada que estabas, recuerda la luna de miel; es el mismo con el que ahora compartes tu vida y con el que has hecho una familia.
La convivencia y la cotidianidad corroen la pasión, y para reflotarla la creatividad es la clave. Prepara una rica cena, ponte sexy y linda (si quieres recojo a mis sobrinos para que duerman en mi casa hoy) y deja que Eros haga su trabajo.
Perdona que me entrometa en tu vida y en tus decisiones. Sólo te pido que lo pienses, que imagines cómo será tu vida dentro de unos años cuando los chamos crezcan, hagan sus vidas y ya no te necesiten. ¿Estás preparada para afrontar la soledad? Yo no; porque a pesar de las cicatrices que los amores no correspondidos, los desengaños y los desencuentros han dejado en mi corazón, todavía sueño con la posibilidad de que tal vez mañana, en la farmacia, el automercado o el centro comercial, conozca al hombre con quien compartiré mis años dorados.
Te abrazo hermanita querida

Melisa