Amelia Margarita Rojas de Stroker - 2º lugar
Margarita Rojas de Stroker zse define a
sí misma como una escritora autodidacta y por puro placer. Escribe
sobre la vida,las cosas bellas y no tan bellas que acontecen a su
alrededor, al alrededor de los que ama, de la gente en general (Tal como
describe en sus propias palabras). Tras sus viajes ha logrado leer una
colección de libros teniendo como sus favoritos a la Biblia, “El
Principito” de Antoine de Saint-Exupery; “Mañana, Tarde y Noche” de
Sidney Sheldon, “¿Te acuerdas de mí?” de Sophie Kinsella, “Si Hubiera un
Mañana” de Sidney Sheldon, “Primera Nieve en el Monte Fuji” de Yasunari
Kawabata, y muchos más. Esta canceriana sensible y a veces perezosa
(como confiesa) cree firmemente en el amor, la amistad, el respeto, la
sinceridad y honestidad.
Y la vida me regalo el amor que esperaba. El amor que fuiste tú. El amor que llegó cuando batallaba con la desesperanza de tal vez no saber que era realmente amar a un hombre y ser bien amada por él.
Y tú, mi argentino bello, me enseñantes entonces el amor. Y casi a la mitad de la vida mi verdadera vida comenzó y yo te amé como nunca a nadie antes y tú me amaste como nunca a nadie antes. Y muchos años después te perdí….
¿Es esta nuestra historia de amor? Te encontré, te amé, te perdí…. ¿Era este el fin de nuestra historia?
Es que hoy me doy cuenta que en medio de la dura despedida olvidamos programar un nuevo encuentro. Aquí, allá, donde fuera. Olvidamos convenir donde volveríamos a vernos. Tal vez porque en ese preciso instante luchabas contra el cáncer por un día más de vida y aunque nos despedimos, ese último adiós quedo pendiente.
Hoy, a mis setenta y dos años, una década después de nuestro último día juntos, me encuentro ansiando más que nunca tu amor, recordando tus pequeños detalles y tus placidas caricias. No pasa un solo día en que no te recuerde.
Hace poco vendí tu piano. Ese piano con el que durante años arrullaste nuestro romance. El te extrañaba mucho y me hacia extrañarte también y yo no quiero extrañarte, porque tú sigues aquí conmigo.
Yo soñé vivir nuestros últimos años juntos, así que decidí que tú sigues aquí conmigo y que yo estoy allá contigo. Tu piano no lo entendía e insistía en llorarte, así que ya no está con nosotros…. Espero que comprendas y que me perdones. Era mi esperanza o su tristeza. Me decidí por mi esperanza. ¡Tú sigues aquí conmigo!
Y aunque últimamente he pensando que estoy de nuevo dispuesta al amor, no sé si en esta tierra habrá otro amor como el tuyo.
Así, que mi Píñale bello, tenemos que convenir en nuestro próximo encuentro. No tiene que ser en una Isla del Caribe como el primero pero puede ser en ese cielo en donde estas ahora, junto a ese Dios en el que nunca creíste. Porque yo estoy segura que esa parte de ti que no está aquí conmigo me espera allá.
¿No tenemos apuro, cierto? Porque apenas tengo setenta y dos primaveras, pero ya sabes mi amor: Sigues aquí conmigo…y te amo hoy y por siempre.
Tú Petisa.
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