El Taller

Fue el mes de julio del año 1976, en el Instituto Pedagógico de Caracas, tiempo y lugar en el que nació el Taller de Expresión Literaria Marco Antonio Martínez de la mano de José Vicente Abreu. Desde entonces, nos reunimos en las instalaciones del Instituto de Investigaciones Lingüisticas y Literarias Andrés Bello, no para enseñar a escribir sino a discutir el texto que a la mesa llega. No es fácil exponer en público la palabra que ha nacido desde la intimidad, pero cada viernes, desde que atravesamos las puertas del IVILLAB, el texto deja de ser nuestro. (Vanessa Hidalgo)

lunes, 11 de marzo de 2013

Rafael Utrera, tercera mención



Para ti, amor

Siento que los días pasan mirándome a los ojos, preguntándome qué vendrá ahora, qué se supone que debo hacer con tu llegada; no sé si cantar de la alegría, no sé si llorar de la emoción, no sé si jurar felicidad, o sentir desolación. Siento que tu aroma de almizcle me persigue, que se pasea buscando alojamiento en cada poro de mi piel, en cada vello de mi cuerpo, mezclándose con cada respiración que hiperventilo por ti, mi sangre pide a gritos tu calor, siento mis manos temblar, mi lengua fallar, si no estoy junto a ti; a veces siento que los minutos que pasan no cumplen condena para apagar el dolor que representa tu ausencia, en ella pierdo el tiempo robándole gotas de rocío a cada amanecer, y yo si poder llorar le hago barras a tu nombre, pues ese nombre le hace honores a mi corazón cuando motivas mi cerebro a sentir, cuando dejas mi cuerpo flotar, suprimiendo al tiempo, ese que pasa sordo, mudo, a veces irritante, a veces venenoso, en donde nada parece ser absoluto, nada parece ser relativo y así, volviéndome actor de aparente calma, pasan los verdugos de los días; por algo dicen que si no amas, la vida se te pasa volando y volando me voy yo con ella si no estás junto a mí.

Quiero sentirte, quiero observarte mientras sonríes y sonreír ante tu mirada, quiero cuidarte de lo más mínimo, quiero protegerte aunque no pase nada, tú sabes que si vienes cada endorfina de mi cuerpo sale disparada, como un corcho de champagne ante una celebración marcada por los agentes bondadosos del recuerdo, también sabes que si vienes, no necesitaré más la morfina de durazno para beberme el doloroso trago de la soledad. Quiero que marques todas las teclas de mi corazón, del F1 al F12, del “Esc” hasta el “Enter”, de la A a la Z, del botón de inicio, hasta el que dice fin. Tienes que saber que si nos encontramos, también tú correrás con suerte amor, tu precioso cuerpo tatuado de experiencias encontrará refugio en mis sábanas con hilos de esperanzas.

Pero si vienes conmigo, amor, quiero saber de ti, quiero ser anfitrión de tus anhelos y guía de tu respiración, esa respiración dirigida a los caudales de mi cuerpo, quiero saberlo todo, quiero saber si sonríes al despertar, si rezas todas las noches, quiero saber si has cometido errores y qué has hecho para enmendarlos, quiero saber también si tus penas pasadas arruinan recuerdos que vienen buscando el perdón, cuéntame si sueñas por las noches, cuéntame si tienes sueños al despertar, dime si odias a alguien y también cuéntame si sabes amar, dime cuál perfume usas, cuéntame si lo usas para cautivar, quiero saber si has visitado otros caminos del mundo, y si lo has hecho, cuéntame si extrañas tu casa, si extrañas tu hogar, dime si has conocido a Mickey Mouse, cuéntame si lloraste al ver el Titanic, o si crees que Scarlet O’Hara le ganó a su corazón, quiero saber si tomas el té por las tardes, explícame las formas que le encuentras a las nubes, dime si crees en Dios, quiero saber si te gusta la luna más que el sol, cuéntame también si usas la imaginación, quiero saber, amor, si eres de azar o perteneces al destino, dime si en tu soledad sientes dolor, quiero saber si te gustan las calas o las orquídeas, cuéntame si te mojas en la lluvia o si prefieres broncearte bajo el cielo azul, explícame si eres espejismo o si te escondes en la verdad y en la razón. Dime, cuéntame, explícame.

Me llena saber de tu vida, siento que la mía cobra sentido mientras te escribo en esta ocasión, por eso, amor, cuéntamelo todo, no me ocultes nada, pues bendito sea tu recuerdo, y bendita sea tu llegada; mis puertas están abiertas, ni te molestes en tocar, arriba a mi vida, enciende la luz, ven a mis ojos, envuélveme con tu mirada, regocíjate en mis brazos, envuélvete en mis labios, acaríciame con tus besos, quiero comprobar si saben a cerezos o si es que saben a pura mermelada, nubla mi mente, nubla mi razón, conviértete en verdad, conviértete definitivamente en mi amor, al fin y al cabo, tú eres capaz de empalagar mis sentidos y llenar mi corazón, tú, amor, eres mi vale de vida, mi cupón de paz, mi ticket de alegría y mi pasaje a la más única, a la más placentera y a la más bella felicidad, por eso, amor, te suplico respuesta para estos sentimientos que imprimí en palabras, dámela con tu simple llegada. Te espero en cada minuto de mi vida, en cada peca de mi rostro, en cada lunar que va apareciendo en mi piel rosada. Por siempre y para siempre, tu buscador perpetuo, tu futuro anfitrión. Ven, pues te abro las puertas de mi humilde morada.
Atentamente.
-Tu futuro amante-
Autor: Rafael Utrera – Caracas, Distrito Capital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario