Yendelki
Pérez
Tango
Se unen las partes
sin clemencia
y un
paso a paso
te transporta en ese vaivén.
Se ganan los giros
y con ellos
el
derecho a una mordida;
el roce de piernas las transforma en una
y las miradas
de la cunita
levantan el éxtasis.
Se tocan
con los dedos,
con el alma,
con
las ganas.
Después del baile
solo quieren volver a empezar.
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